Las cicatrices que Perro Aguayo tenía en la frente eran tan solo las huellas de una carrera llena de gloria, sacrificio y encumbramiento como una leyenda de la lucha libre mexicana. La frente de Don Pedro Aguayo Damián estaba repleta de tajos producto de las sangrientas peleas que tuvo a lo largo de su carrera, la cual inició en 1970 y culminó en el 2001. 

El distintas entrevistas, el veterano luchador relataba cómo habían surgido esas cicatrices en su frente: “nos dábamos con todo, a veces no sentía, solo me daba cuenta que comenzaba a correr sangre en mi cara y ya”. Entre las grandes rivalidades que tuvo Perro Aguayo a lo largo de su carrera, y que le provocaron estas lesiones, están las que sostuvo con El Santo, Sangre Chicana, Máscara Año 2000, Konnan, Scorpio y muchos más.

Después de haber perdido a su hijo Pedro Perro Aguayo Ramírez en 2015 a causa de un derrame cerebral, Su papá calló en una firme depresión la cual fue acabando con su vida hasta conocerse su terrible deceso.



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